miércoles, 5 de enero de 2011

Un empate inesperado. Valencia - Osasuna: 3-3

Viajaba Osasuna a Valencia después de dos derrotas consecutivas y con la necesidad de comenzar a lograr resultados positivos para no volverse a ver muy cerca de los puestos de descenso. De todas formas, no era Mestalla el mejor estadio para recuperarse y muy pocos (si no nadie) preveía que Osasuna fuera capaz de lograr algún punto ante el Valencia.

Mucho menos después de ver la primera parte que nos "regalaron" nuestros jugadores y, más concretamente, nuestra defensa. Una primera mitad horrorosa, para olvidar, llena de fallos defensivos clamorosos que bien pudieron (y me atrevo a decir que debieron) habernos costado el partido. Osasuna directamente no existió en esta primera mitad y, lo que es peor, la defensa no paró de regalar ocasiones a los delanteros del Valencia. Así, ya en el minuto 4, Ricardo tuvo que emplearse a fondo para sacar un mano a mano ante Soldado tras un fallo de la defensa osasunista. Haciendo poco o nada el Valencia obtuvo el premio del primer gol en un centro de Mata desde la izquierda bien voleado por Soldado ante la mirada de los zagueros navarros. Tras ese primer gol llegó un periodo de caraja monumental de Osasuna en el que el Valencia pudo haber finiquitado el partido. Ricardo tuvo que hacer dos paradones a tiros de Banega y Aduriz. Así, a la salida de un córner horriblemente defendido Stankevicius hacía el segundo en un rechace en un gol que parecía cerrar el partido (dada la demostrada nulidad ofensiva de los rojillos a lo largo de la temporada). En cualquier caso, Osasuna sorprendió a propios y extraños logrando el 2-1 en un centro de Masoud que entre Juanfran y un defensa che mandaron a la red. Lo que podía haber sido un gol psicológico (era el minuto 40) fue contrarrestado con el tercero del Valencia dos minutos más tarde, obra de Aduriz nuevamente a la salida de un córner. Es decir, al descanso llegamos con 3-1 y yo con la casi certeza de que era imposible lograr un resultado positivo.

Sin embargo, Osasuna demostró casta en esta segunda parte y se supo aprovechar de una mala noche del portero valencianista, César. Sin tampoco haber hecho nada para merecerlo se encontró con el 3-2 tras una cantada del portero che que Flaño remachó a la red. Era el minuto 15 de la segunda parte y, al menos, había tiempo para la esperanza. Osasuna se vino arriba con el gol y el Valencia se vino un poco abajo. Todo ello hizo que Osasuna pudiera obrar el milagro y lograra un empate totalmente inesperado a priori y prácticamente imposible de prever en el descanso. Ya en el minuto 79, Lekic, quien acababa de entrar al partido, estuvo muy cerca de lograr el empate en un remate de cabeza a la salida de un córner que se estrelló primero en un palo y luego en el otro. Al final, tanta insistencia tuvo su premio y Aranda aprovechó un barullo en el área para hacer el empate a 3 final. De hecho, fue el Valencia el que acabó pidiendo la hora dada la inercia que había tomado el encuentro y aún tuvimos una última ocasión en una falta botada por Masoud que se estrelló en la barrera.

En resumen, dos partes claramente diferentes: una horrorosa y la otra bastante positiva. Si jugamos como en la primera parte, no seremos capaces de ganar lejos de casa nunca (ni siquiera en casa creo que podamos ganar jugando así). Si lo hacemos como en la segunda mitad, tendremos bastantes más opciones. Precisamente esa segunda parte debe ser el espejo en el que debemos mirarnos para futuros compromisos lejos de Pamplona. De momento, toca acabar el año la próxima semana en casa ante el Zaragoza. Una victoria sería muy importante porque, al mismo tiempo, nos alejaría de los puestos de descenso y hundiría un poco más aún al Zaragoza. Toda la suerte del mundo y a acabar el año con fuerza!

¡AUPA OSASUNA!

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