lunes, 12 de abril de 2010

Demasiado sufrimiento innecesario. Osasuna - Almería: 1-0

Tras 8 jornadas infernales (8 jornadas en las que no conocimos la victoria y que encima llegaron después de 13 puntos en 5 partidos), Osasuna volvió a reencontrarse con la victoria y lo hizo como debe ser, con intensidad.
Yo creo que todos los que bajamos al estadio tenemos claro que no podemos exigir al equipo que juegue de manera vistosa (como juega el Barcelona, por ejemplo), pero lo que sí podemos (y me atrevo a decir que debemos, incluso) exigir es que el equipo tenga intensidad, ahogue al rival y, al menos, el rival no sea superior a nosotros (salvo los 4 o 5 equipos punteros del campeonato). Se debe exigir también que los primeros minutos del encuentro sean un verdadero infierno para el equipo rival porque Osasuna va a morder a la yugular (lo que he bautizado en alguna ocasión como el Efecto espuma) y porque el público aprieta de verdad.
Esto último lo hemos perdido gracias a cierto sector del campo que sigue empeñado en poner a todo el mundo en su contra (menos mal que parece que la gente comienza a darse cuenta de que esa gente no hace ningún bien al equipo y comienzan a realizar cánticos de otros sectores del campo también), pero al menos recuperamos el Efecto espuma, con el añadido además de que duró más de lo habitual. Se podría hablar incluso que duró todo el encuentro, ya que Osasuna fue muy superior al Almería durante todo el mismo. También es cierto que el Almería decepcionó.
Osasuna hizo un buen partido y mereció mayor premio (aunque como dijo Camacho, nos conformamos con el 1-0). Pronto nos adelantamos en el marcador gracias a un nuevo golazo de cabeza de Pandiani tras una jugada de córner y un buen centro de Juanfran (parece que empieza a mejorar en este sentido). Ya en la primera mitad pudimos y debimos hacer más goles, pero Diego Alves tenía su día. El Almería, por su parte, no se acercó con demasiado peligro a las inmediaciones de la portería de Ricardo.
En la segunda parte el dominio fue, si cabe, más pronunciado y Diego Alves (y el palo en un par de ocasiones) agrandó su figura para evitar todas las ocasiones rojillas, incluso detuvo un penalti a Nekounam. En ese penalti, además, el Almería se quedó con uno menos por doble amarilla de Ortiz (ex-rojillo), por lo que aún se les puso el encuentro más cuesta arriba.
Aún así, la incertidumbre del marcador y los escarmientos que hemos ido recibiendo a lo largo de nuestra historia reciente hicieron que no se pudiese celebrar la victoria hasta que el árbitro pitó el final del encuentro, aunque en ningún momento el Almería nos pusiese en apuros. Se trata de una victoria muy importante porque llega tras una racha nefasta (como ya he dicho, 8 partidos llevábamos sin ganar) y porque nos permite no meternos en el terreno pantanoso de la lucha por la salvación (que cada vez parece más clara para desgracia de Valladolid, Tenerife y Xerez, que son los 3 equipos que descenderían). Nos ponemos con 34 puntos y es muy probable que este año la frontera esté incluso por debajo de los 40, así que está bastante fácil.
De momento, el fin de semana que viene viajamos a Valencia (donde, en principio, toca perder) y serán muy importantes los dos siguientes encuentros: en casa ante Zaragoza y Málaga (dos rivales directos). Ahí veremos qué pasará con nosotros este final de temporada...
¡AUPA OSASUNA!

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