lunes, 25 de octubre de 2010

Mr. Jekyll y Mrs. Hyde. Barcelona - Copenhage: 2-0

El Barça que vimos el miércoles pasado es un Barça muy parecido al que hemos estado viendo a lo largo de este comienzo de temporada: un Barça irregular y que no termina de matar definitivamente los partidos. Si ante el Valencia fue en la segunda parte cuando el Barça logró imponer su ritmo de juego, ante el Copenhage volvimos a la senda anterior (la que ya habíamos visto el día del Mallorca, por ejemplo): una muy buena primera mitad acompañada de una segunda parte más bien mediocre. Desde luego, si terminamos por lograr la victoria fue debido a que en frente no teníamos un rival de suficiente entidad como para ponernos en problemas. Lo que está quedando claro es que este Barça no consigue realizar un partido entero con su nivel. No sé si se trata de un problema físico o si es simplemente cuestión de relajación, pero debería corregirse lo antes posible.

El Barça de la primera mitad fue ese Barça que tanto nos gusta: dominador de la posesión, recuperando balones en cuanto los pierde y con agresividad arriba. Recordemos que el partido era importante: teníamos que ganar si no queríamos poner en serio entredicho nuestras opciones de acabar como primeros de grupo. Guardiola se la jugó sacando de inicio a Mascherano y Maxwell en el centro del campo junto a Busquets y tanto el argentino como el brasileño respondieron a la confianza de Pep, sobre todo el argentino (Maxwell bajó mucho sus prestaciones en la segunda parte). A priori, desde luego, el centro del campo era de lo menos creativo que se ha visto en el Camp Nou en los últimos años (no estaban ni Xavi ni Iniesta, aunque el manchego -como hace e hizo Messi- retrasaba su posición a la hora de comenzar la jugada para ayudar a sus compañeros).

El barça salió con las ideas claras: había que tratar de hacer el primero lo antes posible. Así, ya en el minuto 4 Villa había enviado un balón al travesaño (hay que ver el gafe que tiene el Guaje en este comienzo de temporada con los palos). El Barça continuó a lo suyo hasta que Messi en el 20 logró un nuevo golazo con un chut brutal desde fuera del área que se coló por la escuadra rival. Siempre Messi. De ahí al final de la primera mitad, el Barça, sin realizar ni mucho menos una de sus mejores primeras partes, gozó de más ocasiones para haber sentenciado definitivamente el choque. Pero no lo hizo y al descanso se llegó con un exiguo 1-0.

Tras el descanso, el Barça bajó alarmantemente su ritmo y el Copenhage, poco a poco, fue creyéndose que se le podía hacer daño a este Barça. De hecho, en el minuto 22 de esta segunda parte gozaron de una ocasión clarísima tras un fallo de Puyol, pero el balón acabó en el larguero para nuestra suerte. A partir de ahí llegaron los nervios al Camp Nou y el Copenhage continuó envalentonándose y llegando con peligro a la meta de Pinto (titular debido a una gastroenteritis de Valdés). De hecho, Guardiola tuvo que mover ficha y dar entrada a Xavi por un desdibujado en la segunda parte Maxwell. También entró Pedro por un desafortunado (nuevamente) Villa.

La entrada del centrocampista dio serenidad al equipo, como siempre lo hace y los últimos minutos volvieron a ser de dominio blaugrana. En esos minutos finales Alves se encontró con el palo y Messi con un nuevo gol que terminó de matar el encuentro.

Al final, 2-0 y como se suele decir, lo mejor el resultado. Nos ponemos líderes de grupo y ahora viajaremos a Dinamarca con algo menos de presión y con la certeza de que si logramos la victoria (por otro lado, factible) casi seguro seremos primeros de grupo. De momento, el sábado toca un difícil encuentro en la Romareda y aún quedan unos cuantos partidos para pensar en el Copenhage de nuevo.

¡AUPA OSASUNA! y ¡VISCA EL BARÇA!

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