viernes, 30 de septiembre de 2011

Compromiso saldado con nota. BATE Borisov - Barcelona: 0-5

Tras el pequeño pinchazo de la primera jornada en casa ante el Milán, se hacía muy importante el partido en Bielorrusia ante el BATE Borisov. No se podía fallar para encauzar la clasificación y permitirnos seguir en la lucha por el primer puesto de grupo. El rival, a priori, era muy inferior, pero en la memoria estaban los enfrentamientos en los últimos años ante el Rubin Kazan, un equipo que, supuestamente, también era muy inferior y sin embargo se nos atragantaba. Lo cierto es que tradicionalmente los equipos del este de Europa suelen costarnos, y sobre todo en el partido lejos del Camp Nou. Sin embargo, el equipo no se relajó y saldó el compromiso con nota.

Desde el primer minuto se vio que el planteamiento del BATE iba a ser muy similar al del Rubin los dos últimos años: aguantar atrás y esperar una contra o una jugada a balón parado para ver si “sonaba la flauta”. La diferencia era muy clara: este equipo no estaba tan ordenado en defensa como lo estaba el ruso. Aún así, por una mera acumulación, al Barça le costó en los primeros minutos y no fue hasta que llegó el primero cuando el Barça empezó a encontrar los huecos. Además, el primer gol del partido fue en propia puerta: centró Alves desde la derecha y Volodko, en su afán porque no rematara Messi, se metió el balón en su propia portería. Era el minuto 19 y ahí empezó a morir el partido. Sólo 3 minutos después Pedro hizo el segundo tras un gran centro de Villa. Todavía antes del descanso llegó el tercero, tras aprovechar Messi (casi sin querer) un error muy grave del portero bielorruso. Con este 0-3 se llegó al descanso.

Estaba claro que la segunda mitad iba a ser de mero trámite y el único interés estaba en ver si Messi podía igualar y/o superar los 194 goles de Kubala para convertirse en el segundo máximo goleador de la historia del Barça. A la primera, lo logró, aprovechando un nuevo pase de Alves. Estuvo cerca de hacer el tercero y superar la marca, pero no quiso entrar la pelotita. Tras una segunda parte bastante aburrida (lógicamente), Villa terminó haciendo el quinto cuando el partido ya moría tras un excelente pase de Thiago.

Una nueva “manita” y el compromiso que se salda con nota. De este modo, encauzamos la clasificación a octavos (tocará rubricarla en el próximo encuentro en casa ante el también débil Viktoria Pilsen) y todo hace indicar que nos jugaremos la primera plaza en San Siro ante el Milán. Partido sin mucha historia. Lo único que quedará en el recuerdo es que fue el día en que Messi agrandó un poco más su leyenda y se convirtió en el segundo máximo goleador de la historia del Barça con tan sólo 24 años.

Ahora toca volver a centrarse en la liga. Viajamos a Gijón a enfrentarnos al colista, pero el Molinón nunca es un campo fácil. No debemos confiarnos. Sería interesante marcharse a la semana de encuentros de selecciones siendo líderes (aunque, esto no depende sólo de nosotros).

¡AUPA OSASUNA! y ¡VISCA EL BARÇA!

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