domingo, 1 de abril de 2012

Muerte dulce. Osasuna - Barcelona: 3-2

Osasuna, el primero de mis equipos preferidos, le hizo un flaco favor al Barça, el segundo de mis equipos preferidos. De hecho, se puede decir que Osasuna finiquitó cualquier opción al título liguero que le pudiera quedar al Barça. Como reza el título, se trata de una muerte dulce, no obstante, al menos para mí.

El partido estuvo marcado por las condiciones climatológicas. El campo estaba helado y Osasuna supo adaptarse mejor a las condiciones, al menos en la primera parte. El equipo rojillo sorprendió al conjunto de Guardiola durante los primeros 45 minutos y fue verdaderamente superior en esos minutos. Guardiola, por cierto, sorprendió dejando en el banquillo a Cesc, Xavi e Iniesta y sacando de inicio un centro del campo formado por Sergi Roberto, Mascherano y Thiago (visto a posteriori, ¿tiró tal vez la liga?).

No tardamos en ponernos por delante en el marcador tras una buena jugada culminada perfectamente por Lekic. Era el minuto 4 y las cosas se ponían favorables. Por cierto, el gol viene precedido por un fuera de juego de Raúl García que el árbitro (ni nadie, para ser estrictos) vio. El Barça trató de desperezarse tras ese gol, pero Andrés respondió bien al disparo desde la frontal de Messi. El árbitro, nuevamente, se volvió a equivocar a nuestro favor al señalar un fuera de juego inexistente de Alexis, quien se quedaba solo ante Andrés. Sin embargo, el Barça no estaba nada cómodo en el campo y Osasuna estaba haciendo un partidazo. De este modo, llegó el segundo gol rojillo: obra nuevamente de Lekic a centro desde banda derecha de Cejudo. El delantero serbio parece haber cogido su momento de forma: 3 goles en las dos últimas jornadas. Ni con este segundo gol reaccionó el conjunto de Guardiola, que estuvo totalmente irreconocible durante la primera mitad. El resultado al descanso era tan justo como inesperado: 2-0.

Tenía que reaccionar Guardiola y lo hizo desde inicio en la segunda mitad, aunque incluso en la reacción sorprendió: no sacó a ninguno de los 3 jugones que tenía en el banquillo (Xavi, Cesc e Iniesta) y se decantó por dos chavales del filial, Tello y Cuenca, quienes remplazaron a Pedro y Puyol, respectivamente. El equipo mejoró con los cambios y, de hecho, a punto estuvo de aguarnos la fiesta. Muy pronto empezó a dominar el Barça y Andrés tuvo que hacer el primer paradón a los 4 minutos. Eso sí, sólo 1 minutos después llegaba el gol de Alexis que reducía ventajas (por cierto, la defensa de Osasuna a por uvas). Ese gol cambiaba las cosas, pero tuvimos la suerte de encontrarnos con el tercero sólo 5 minutos después: falló de Valdés en la salida de balón que aprovecha Nino para poner un centro desde banda izquierda que remata Raúl García a gol en el primer palo. Era un jarro de agua fría para el Barça. Aun así, el Barça continuó con su presión sobre nuestra área y convirtió a Andrés en uno de los mejores jugadores de nuestro equipo. Tuvo que sacar primero un balón espectacular a Tello cuando ya se cantaba el 3-2. No pudo hacer nada, sin embargo, en el minuto 72 ante un disparo de Tello que se acabó colando en nuestra portería. Quedaban todavía muchos minutos y el partido se nos complicaba. Pero supimos reaccionar muy bien e incluso estuvimos cerca de hacer el cuarto: Puñal se encontró con el palo con un disparo desde la frontal. En los últimos minutos volvió a apretar el Barça en busca de, al menos, un empate que le diera algo de vida en la liga y ahí volvió a hacerse enorme la figura de nuestro portero. Primero en el 78 y, sobre todo, en el último suspiro a cabezazo de Cesc (que había salido por Piqué en un último cambio a la desesperada de Guardiola), sacó dos manos increíbles que bien valieron dos puntos. Entre medio, en el minuto 81, se le anuló un gol al Barça por fuera de juego. Ninguna ocasión deja 100% claro el asunto, pero para mí acierta el colegiado.

Al final, Osasuna se recupera de lo que eran ya varias jornadas sin conseguir la victoria (desde el año pasado, de hecho) y lo hace ante el rival más inesperado: el actual mejor equipo del mundo, el Barça. El equipo de Guardiola, por cierto, deja claro que no está en su momento más fino (y para muestra, un botón: hace ya varios partidos que Messi está reñido con el gol) y queda ya a 10 puntos del Madrid en liga, que ha pasado a convertirse (casi) en una utopía. Lo peor de todo es que aún quedan muchas jornadas por delante y las sensaciones no son buenas. Sólo espero que no nos dejemos llevar porque no daríamos buena imagen. Además, ahora vuelve la Champions, por lo que no tenemos ni tiempo para lastimarnos: entre semana viajamos a Leverkusen y el fin de semana recibimos en el Camp Nou al Valencia que, por cierto, con nuestros últimos tropiezos, se ha acercado bastante en la tabla y se ha empezado a ilusionar con robarnos el segundo puesto. Por lo que no es una semana fácil. Y no parece llegar en el mejor momento. Por su parte, Osasuna ve reforzada su ilusión y el próximo fin de semana intentaremos refrendar nuestra mejoría en el Sánchez Pizjuán ante el Sevilla.

¡AUPA OSASUNA! y ¡VISCA EL BARÇA!

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