sábado, 28 de enero de 2012

El derbi catalán nos vuelve a dejar atrás. Espanyol - Barcelona: 1-1

Tras dar un paso enorme hacia adelante en la última jornada del pasado año 2011 con la victoria en el Bernabéu, en el primer encuentro del nuevo año 2012 dimos un nuevo paso hacia atrás, volviendo a perder el crédito que nos ganamos en el Bernabéu. Lo cierto es que se trataba de un verdadero partido trampa puesto que era el primer encuentro en la liga tras las vacaciones de Navidad (no era el primer partido del año porque habíamos jugado la ida de los octavos de final de copa ante Osasuna) y además se trataba de un derbi de Barcelona en casa de nuestro rival de la ciudad (y ya sabemos que el Espanyol se extramotiva especialmente ante el Barça). El resultado: nos volvimos a dejar dos puntos y eso hace que ya no dependamos de nosotros mismos para ganar la liga. Pero el partido tuvo muchísima historia…

Guardiola salió a Cornellá con el mismo once que se impuso en el Bernabéu, pero el resultado no fue el mismo, ni mucho menos, ni en juego ni en resultado. Messi, además, demostró que verdaderamente no ha llegado de vacaciones en plenitud de condiciones físicas y estuvo prácticamente desaparecido a lo largo de los 90 minutos. Lo cierto es que el Barça sufrió de lo lindo en este partido y el Espanyol le planteó un partido muy incómodo. Tal es así que cuando sólo habían pasado 7 minutos de partido, tuvo que aparecer un salvador Valdés para sacar un cabezazo a bocajarro de Verdú (Piqué la tuvo que sacar justo después bajo palos tras un disparo del propio Verdú al rechace). Un paradón, por cierto, muy parecido al de Casillas el día del Sánchez Pizjuán. El Barça, por su parte, no encontraba el balón y sin el balón no se encontraba a sí mismo. Aún así, tuvo dos ocasiones clarísimas tras fallos de la línea defensiva del Espanyol: la primera, un gol anulado a Cesc por mano clara de Messi tras haberle regalado el balón el portero rival y la segunda un mano a mano de Alexis ante Cristian tras fallo en el pase atrás de uno de los defensas, pero el chileno no supo aprovechar tan inmejorable ocasión. Lo que sí hizo el Barça fue aprovechar esos minutos de zozobra de los periquitos para hacer el 0-1: cabezazo de Cesc desde la frontal tras centro medido de Alves. El Barça se había adelantado, probablemente, sin acabar de merecerlo. Nada cambió de todos modos el gol, puesto que el Espanyol siguió complicando la vida a los azulgrana. Valdés, Abidal, Puyol y compañía tuvieron que multiplicarse para evitar que el Espanyol empatara el encuentro. Por parte del Barça, sólo una nueva ocasión en el último suspiro de la primera mitad tras una muy buena jugada individual de Cesc, pero el balón acabó golpeando en el palo (por fuera). Lo mejor de todo era que al descanso llegábamos con la ventaja en el marcador: 0-1.

En la segunda parte, el Barça mejoró sus prestaciones y, sin hacer ningún alarde ofensivo, sí que al menos logró mantener más rato la posesión y evitó que el Espanyol le pusiera en tantos problemas. Se trataba de una segunda parte que transcurría de manera relativamente tranquila: no había ocasiones en ninguna de las dos porterías (más allá de un disparo blandito de Alves y un tiro de Messi al palo –por fuera, de nuevo-). Como decía, en esta segunda parte estaba el Barça sujetando mejor al Espanyol, pero, curiosamente, fue en esta segunda parte en la que nos empataron el partido. Ya he repetido muchas veces que un único gol de ventaja es muy poca renta y cualquier detalle te puede hacer perder dos puntos que, en esta liga, son demasiado valiosos. Así ocurrió: centro desde el lateral derecho, Thievy peina el balón y Álvaro Vázquez cabecea a la red a placer. Era el minuto 86 y el Espanyol le robaba dos puntos al Barça que pueden valer una liga para el Madrid. El caso es que pudo no ser así si el árbitro hubiera visto un clamoroso penalti a favor del Barça en el tiempo de prolongación (véase la foto). La jugada fue una triple ocasión blaugrana: primero Piqué la mandó al larguero tras un muy buen pase de Messi, después Raúl Rodríguez sacó con la mano el remate a bocajarro de Pedro y luego se le escapó el disparo a Iniesta por milímetros. Pero el árbitro no vio la mano y el resultado no se movió. De hecho, la última ocasión del encuentro fue del Espanyol con un cabezazo de Raúl Rodríguez a la salida de un córner.

No me excusaré en los árbitros porque entiendo que si no vencimos fue más por nuestros propios errores que por posibles errores arbitrales, pero sí que me gustaría destacar un hecho: esa ventaja de 5 puntos se explica, en gran parte, por los empates en Mestalla y Cornellá, ambos marcados por claros errores de los trencillas en nuestra contra. Ahora sí, ya no dependemos de nosotros mismos y toca esperar un pinchazo del Madrid para volver a hacerlo. No queda otra que seguir apretándoles (ganando todo) esperando su fallo. Ahora toca cumplir el trámite copero en Pamplona y pensar ya en el partido de la próxima jornada ante el Betis.

¡AUPA OSASUNA! y ¡VISCA EL BARÇA!

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