Nuevamente, me fue difícil poder ver el partido del Barça, aunque esta vez, al menos, sí que pude ver en condiciones la primera parte (es decir, la parte en la que se decidió el encuentro). La segunda parte me limité a mirarla con el rabillo del ojo...Llegaba el Barça al Madrigal tras la decepción europea y éramos muchos los que no las teníamos todas con nosotros respecto al partido en cuestión: el Madrid apretando, el Villarreal en buena línea y con aspiraciones europeas (Champions inclusive) y el Barça, como digo, con el cansancio físico y mental producto de la eliminación de Europa a manos del Inter. Muchos hablaban del partido más difícil que les esperaba a los líderes para poder mantener ese primer puesto (yo, particularmente, sigo pensando que el más complicado es el del Pizjuán). Es decir, los madridistas tenían puestas muchas esperanzas en este encuentro y el Barça debía demostrar que, a pesar del varapalo europeo, siguen siendo los favoritos para el título. A fe que lo hicieron...
Tras un inicio titubeante de partido en el que el Villarreal tuvo dos acercamientos a la puerta de Valdés por ninguno de Osasuna, el Barça volvió a hacer gala de su eficacia de cara al gol al convertir la primera ocasión de la que dispusieron: un pase genial de Xavi, un control más genial aún de Messi y gol con un pelín de fortuna. Era el minuto 18 de partido y el Barça, que como siempre había manejado el encuentro, ya podía jugar más cómodo (sin esa presión de ponerse por delante). Así fueron pasando los minutos y fueron llegando los goles: Xavi hizo el segundo al lanzar de manera magistral una falta directa y Bojan hizo el tercero tras un jugadón personal. Todo esto antes del descanso. 0-3 y el barça que dejaba sentenciado un encuentro dificilísimo al descanso, simplemente, aprovechando sus ocasiones (materializó 3 de 4).
La segunda parte, como he comentado, no la vi, pero me atrevo a adivinar cómo fue: el Barça practicando ese fútbol control que le caracteriza y el Villarreal con más ganas que fuerzas, probablemente. Aún así, el Villarreal marcó un gol mediada esta segunda parte para poner algo de pimienta al encuentro. No fue a más y fue el Barça quien dispuso de las ocasiones de ahí al final del encuentro. Una de ellas la aprovechó Messi para afianzar su pichichi (y, probablemente, la Bota de oro) y cerrar el encuentro.
Me gustaría mencionar el partidazo de Xavi. Guardiola dijo después que Xavi está con molestias que le podrían dejar, incluso, fuera del mundial. Sinceramente, no lo pareció y se marcó un gran partido, adornado, además, por su golazo de falta.
Tampoco puedo dejar en el tintero la jugada más controvertida del partido 8y de la liga, probablemente): Guardiola se dispone a meter en el campo a Touré por Busquets (que tenía una tarjeta amarilla ya) y el canterano pierde tiempo de manera descarada (le va a dar la mano al árbitro desde la otra punta del campo, incluso), siendo agarrado por Llorente, quien le insistía que se fuera. El árbitro, claramente, le saca una tarjeta a Busquets, pero no le saca la roja (ante el estupor de todo el mundo). Nadie creía lo que había pasado. Finalmente, y para rizar el rizo, pone en el acta que la tarjeta fue para Llorente (mintiendo, claro está). Lo cierto es que el árbitro vio que con esa tarjeta dejaba con uno menos al Barça y decidió recular, y lo hizo de la peor de las maneras. La gente ya tendrá excusas para hablar de Villarato (nadie se acuerda de que fue un lance poco trascendente, a poco del final, y con 1-3 en el marcador), yo, simplemente creo que ese árbitro es muy malo y un cobarde, por cierto.
Bueno, quedan tres jornadas para el final y todo sigue igual. En principio, la liga se juega entre el miércoles (partido Mallorca - Real Madrid) y el sábado (Sevilla - Barcelona). El resto de partidos los doy por ganados por ambos equipos y otros resultados serían grandes sorpresas. De momento, paso a paso, el martes en casa ante el Tenerife: hay que ganar para no descuidarse y para facilitar la permanencia a Osasuna...
¡AUPA OSASUNA! y ¡VISCA EL BARÇA!
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