Vergüenza. Éste es el único calificativo que se puede emplear para los jugadores de Osasuna en esta ocasión. Esta vez no se puede criticar a Camacho: puso en el campo al supuesto equipo titular (si acaso, se le puede criticar por haber puesto en portería a Roberto, aunque toda crítica es muy fácil a posteriori).
Lo que ocurre es que Osasuna salió sin la intensidad necesaria y sin eso, este equipo no sirve para nada (no somos como esos equipos que en un par de destellos resuelven los partidos). Nosotros necesitamos jugar a mil por hora para poder luchar en igualdad de condiciones.
Fruto de este pasotismo inicial (enseguida se vio que no se iba a ningún lado de este modo y la gente así lo vio y por eso empezó a pitar), recibimos un gol al poco de comenzar y ya se nos ponía demasiado cuesta arriba la eliminatoria. Hay que decir que el Rácing tuvo algo de suerte en ese gol y, además, contó con la inestimable ayuda de Roberto que no cubrió ni el primer ni el segundo palo en el disparo de Xisco. Tal vez nos pensamos que nos iba a bastar con hacer un partido como el de la eliminatoria anterior ante el Hércules (no obstante, traíamos el mismo resultado), pero es que el Rácing (y este Rácing, menos) no es el Hércules.
La cuestión es que el partido se complicó con el gol de Xisco, pero bueno, estábamos a dos goles de igualar la eliminatoria: era factible. El gol debería haber enervado a los jugadores y deberían haber sacado esa rabia y haber achuchado algo al Rácing. Nada más lejos de la realidad, el equipo siguió como pasota (al tran tran que se dice) y encajó un gol que nos despedía de la ilusión copera. El gol llegó en un córner después de que Nekounam midiera mal el salto.
Este segundo gol sí que pareció despertar a los rojillos (tarde, ahora hacían falta 4 goles) y al final de la primera parte y el comienzo de la segunda, Coltorti (el portero rival) hizo varias intervenciones de mérito. De todas formas, estas ocasiones fueron fruto más de empuje (unido a la relajación de los de Santander) que de fútbol. Aún así, ni para hacer un gol nos dio.
Este mal juego, unido a la más que falta de actitud, al increíble frío y a la sensación de tontos después de pagar 15€ para ver ese espectáculo hizo que mucha, mucha gente se marchara antes de tiempo del campo. Esto hizo que mucha gente se perdiera lo mejor de toda la noche (aunque saliera de las botas del rival): el chaval de moda, Canales, demostró su clase con un lanzamiento magistral de falta directa (tal vez, Roberto pudo hacer algo más).
El resultado es un palo muy gordo (0-3 ante el Rácing no puede ser catalogado de otra forma) y me molesta mucho que se tirara por la borda una bonita ilusión como era este año la copa. Además, a pesar de que llevamos dos victorias consecutivas en liga, la sensación sigue siendo nada buena, pero bueno, mientras sigamos ganando en liga, tampoco estará mal...
En cuanto al Rácing, me pareció un equipo muy serio. Creo que ha mejorado mucho con la llegada de Portugal al banquillo. Además, el chaval creo que tiene bastante buena pinta (muy buena visión la suya), aunque es muy joven aún...
El resto de eliminatorias de copa depararon resultados lógicos (nada fuera de la lógica): el Sevilla y el Getafe, a pesar de perder en casa, hicieron valer los resultados de la ida. A punto estuvo el Getafe de caer eliminado, eso sí. En cuanto al Atlético, ganó gracias a un regalo del Celta y eso le valió (no fue superior, ni mucho menos).
Todo parece hacer indicar que la final acabará siendo Sevilla-Atlético. No deberían tener excesivos problemas en eliminar a Getafe y Rácing, respectivamente.
Se acabó la copa para mis equipos. Ahora los dos podrán centrarse exclusivamente en la liga (al menos, momentáneamente, porque en menos de un mes vuelve la Champions para el Barça). De momento, este fin de semana juegan los dos fuera de casa. A ver si logramos sacar los partidos adelante...
¡AUPA OSASUNA!
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