miércoles, 23 de diciembre de 2009

El futuro es de Pedro y el gol con el corazón. Estudiantes - Barcelona: 1-2

Me comentó un amigo hace no mucho una frase que se me quedó marcada: "El futuro es de Pedro (y de Drenthe, añadió, pero bueno)". Me la comentaba tras una conversación en la que yo defendía que a mí Pedro me parecía un jugador sobrevalorado y que su papel era menor que el que sus números hacían ver.
Sin embargo, poco a poco, este chaval está haciéndome cambiar de opinión. Sus goles (lleva unos cuantos esta temporada) además están siendo muy importantes. Ya nos regaló dos victorias en liga ante Mallorca y Almería y una supercopa de Europa con su gol en Mónaco. Pero lo que hizo el sábado sí que fue importante, nos regáló la opción de ganar nuestro primer mundialito de clubes.
El Barça hizo una primera parte muy mala, malísima. Todos estáticos, sin movimientos, lentos y ahogados (y sorprendidos) por la presión asfixiante (y muy adelantada) de Estudiantes. La verdad es que Estudiantes soprendió y logró anular el juego combinativo del Barça sin encerrarse atrás. Me gustó su actitud, aunque le faltó algo más de mordiente ofensiva. Impresionante Verón, acertando siempre en la elección del pase. Así, un centro desde el lateral lo aprovechó Boselli para adelantarse a Abidal y firmar un cabezazo impresionante para adelantar a su equipo. No se defendió mal la jugada, pero el remate es sencillamente perfecto. El Barça volvía a comenzar perdiendo y, lo que es peor, Estudiantes no es del nivel de Atlante y se desenvuelve a las mil maravillas con el marcador a favor. Además, el Barça no había dado muestras de reaccionar en toda la primera mitad.
Sin embargo, Guardiola dio con la tecla en el descanso y realizó un cambio novedoso (y raro, qué cojones!!) pero que le salió perfecto: quitó a Keyta (lesionado, luego lo supimos) y metió a Pedro, poniendo a Messi en la posición de Keyta. Yo, y creo que casi todos, habríamos quitado a Henry (horrorosa primera parte). Pero Pep es Pep y su confianza en Henry es increíble y, la verdad, el francés correspondió a esa confianza con una segunda parte muy buena (recordando al Henry del año pasado).
El Barça salió enchufadísimo en esta segunda parte y enseguida fue a por el empate. Un dato: las estadísticas decían que, en la primera parte, el Estudiantes había tirado dos veces a puerta y el Barça sólo 1. Al final de la segunda, el Barça había tirado 10 y el Estudiantes seguía con sus dos tiros. La verdad es que la posición de Messi volvió un poco locos a los argentinos (aunque tampoco apareció mucho el crack) y Xavi comenzó a mover el engranaje. Faltaba Iniesta, no lo podemos olvidar, y eso, quieras o no, lo tienes que notar.
Cuando mejor estaba el Barça, Pep volvió a sorprenderme quitando a Henry para dar entrada al canterano Jeffren. No lo entendí del todo, aunque el venezolano respondió a la confianza de Pep. Así, llegamos hasta los últimos minutos en los que ya Piqué estaba de delantero centro (de palomero, que se dice) y cazó un balón por alto que Pedro aprovechó para mandar a la red y poner un empate más que justo. Era el minuto 88 y Estudiantes estaba destrozado. La victoria iba a llegar sí o sí.
El partido, obviamente, se fue a la prórroga, donde Estudiantes trató de defenderse como pudo. En esta prórroga apareció el mejor Messi para generar unas cuantas ocasiones de peligro en la primera mitad que no pudieron ser aprovechadas. También Jeffren aprovechío el cansancio de Estudiantes para marcharse en todo momento de su marcador. Y en la segunda parte, cuando la sensación de que el partido se iba a ir a los penaltis se hacía cada vez más grande, apareció Alves para poner un centro milimétrico para que Messi, entrando desde atrás mandara el balón a la red CON EL PECHO (con el corazón dijimos todos). Messi, Guardiola, todos, nos volvimos locos de alegría con el gol. Era un gol que valía entrar en la leyenda del fútbol y lo tuvo que hacer uno de los mejores jugadores que han visto mis ojos.
Muy malos primeros 45 minutos, pero los otros 75 fueron de un nivel medio-alto. Guardiola se corona como el mejor entrenador del mundo con decisiones que cambiaron el rumbo de la final. Qué más se puede pedir? Esperemos que sigan con este hambre, porque si lo hacen (y no se dejan llevar como lo hizo el equipo con Rijkaard), los títulos seguirán llegando...
Un culé totalmente orgulloso de su equipo.
¡AUPA OSASUNA! y ¡VISCA EL BARÇA!

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