viernes, 6 de mayo de 2011

Victoria en la primera final de las 5. Primer match point salvado. Osasuna - Valencia: 1-0

Los resultados de la jornada habían provocado que el partido ante el Valencia fuera una verdadera final. Osasuna y Valencia jugaban en el Sadar en el último encuentro de la jornada, y dado que nuestros rivales habían logrado resultados sorprendentemente positivos (algunos increíblemente sorprendentes), antes de comenzar el encuentro estábamos en posiciones de descenso, por lo que únicamente nos valía la victoria. El Valencia, por su parte, venía de ser ridiculizado ante el Madrid en su propio estadio y se estaba jugando el tercer puesto, que, no olvidemos, da acceso directo a la próxima edición de la Champions, por lo que no iba a ser un partido nada fácil. El ambiente en el estadio era excepcional, gracias a la idea del club de vender entradas a 5€ a los no socios. Entre todos sacamos la primera final adelante.

Osasuna salió al encuentro con la intensidad adecuada, como contagiados por el tremendo ambiente del estadio. Sabedores de que a fútbol no jugamos mucho, nuestros jugadores salieron con la intensidad adecuada para paliar esa falta de calidad. De este modo, ya en el primer minuto gozamos del primer córner a favor, y a los 5 minutos de la primera ocasión en un cabezazo de Lolo a la salida de un córner. Desde luego, el “efecto espuma” estaba funcionando. A los 11 minutos dispusimos de la ocasión más clara: mano a mano de Camuñas ante Guaita que nuestro jugador no supo aprovechar y remató demasiado blando. Con el paso de los minutos sin obtener fruto alguno, el efecto del inicio de partido se fue pasando y comenzó a verse un encuentro más igualado. En cualquier caso, Osasuna mantuvo un ritmo suficiente para anular por completo a un equipo superior como el Valencia (sólo tuvieron una pequeña ocasión de gol) y siguió siendo el equipo que más peligro creaba, aunque sin concretar en ningún caso. Al descanso se terminó llegando con el 0-0 inicial y una mala sensación en el ambiente: Osasuna había hecho un partido más que correcto, pero no había hecho gol. Seguro que el Valencia, a la primera que tuviera, la enchufaría y nos dejaría a todos con cara de tontos. De todas formas, en el descanso llegó el mejor momento del encuentro: el bocadillo.

Tras el descanso, Osasuna trató de salir igual que en la primera parte, pero fue acusando poco a poco el paso de los minutos y cada vez le costaba sostener más al equipo valencianista. De esta manera, el equipo valencianista comenzó a llegar con algo de peligro con 2 acercamientos de Joaquín y Methieu que tampoco entrañaron excesivos problemas. Cuando más se estaba desperazando el Valencia, llegó el gol de Osasuna: recuperación en campo contrario de Puñal y disparo de Cejudo que golpea en Stankevicius y despista a Guaita. Era un justo premio para el equipo que más lo había estado intentando, aunque llegó de la manera que llegó y cuando menos lo estábamos mereciendo. Con el gol, Osasuna sacó fuerzas de flaqueza para luchar con todas sus fuerzas para mantener esos 3 puntos. El despliegue de Osasuna en esos 30 minutos fue envidiable y mantuvo perfectamente a raya al conjunto che. Sólo una ocasión de los valencianistas: un disparo de Mata desde la frontal que se marchó muy desviado. Osasuna, por su parte, tampoco llegaba con demasiada claridad al área contraria: sólo una ocasión de Camuñas en una rápida contra. De este modo, con la incertidumbre creada por lo ajustado del marcador, pero pasando menos apuros de los esperados, fueron transcurriendo los minutos y llegamos al final del partido con ese 1-0.

Importantísima victoria rojilla que sirve para ver el panorama algo menos negro. Era una auténtica final, y de haber perdido, teníamos un pie en la segunda división, pero esta victoria nos saca momnetáneamente de los puestos de descenso (metiendo al Getafe) y nos permite respirar aunque sólo sea durante una semana. La semana que viene viajamos a Zaragoza a jugar una nueva final. Probablemente, el que pierda ese encuentro se verá en puestos de descenso al acabar la jornada. Es una nueva final y, por lo menos, debemos lograr no perder. De nuevo, en caso de perder, veremos muy de cerca el abismo. Desde aquí no puedo si no desearles toda la suerte del mundo y esperar que el madrugón del lunes que viene sea un poco menos duro.

¡AUPA OSASUNA!

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