miércoles, 13 de enero de 2010

Vuelven las sensaciones contrapuestas. Deportivo - Osasuna: 1-0 Tenerife - Barcelona: 0-5

Volvemos a sentir las mismas sensaciones que durante gran parte de la temporada pasada. Recordemos lo que ocurría el año pasado: derrota de Osasuna acompañada de una victoria del Barça. Pues eso mismo se dio el domingo...

Osasuna jugaba a las 17.00 y el Barça lo hacía 4 horas después, a las 21.00. Comenzaré hablando, en primer lugar, del partido de Osasuna.

Viajábamos a Riazor que, tradicionalmente, suele tratarse de un campo que se nos da bien. Sin embargo, no estamos ni para aprovechar estas pequeñas circunstancias. Esta vez, estoy totalmente de acuerdo con las duras palabras de Camacho. Estoy totalmente desilusionado con el equipo: es imposible ganar un partido sin tirar ni una sola vez a puerta. Y no lo olvidemos, el objetivo de este deporte es y será siempre ganar. Tras el partido ante el Madrid, parecía que el equipo había recuperado parte del coraje que lo debería acompañar siempre. Nada más lejos de la realidad, el partido ante el Madrid fue un arrebato y no una recuperación.

Jugábamos ante el Dépor, que, sinceramente, me parece uno de los equipos que, por plantilla, debería estar luchando con nosotros por mantener la categoría. La diferencia entre este Dépor (o el Mallorca, por ejemplo) con nosotros (en la actualidad) es que ellos saben a qué juegan y juegan siempre así, mientras que nosotros no. Por eso, el Dépor ganó el partido y por eso ellos son cuartos, con la salvación casi asegurada, y nosotros tendremos que luchar hasta el final por no descender. Y eso que, a este ritmo, estamos hablando de una de las temporadas en las que va a estar más barato salvarse...
Como digo, Osasuna no jugó a nada en Riazor y, como premio, se llevó una merecida derrota. Y fue merecida, no porque el Dépor jugara bien (ni siquiera me atrevería a decir que jugara mejor), si no por lo mal que jugó Osasuna. De todas formas, ya sabemos lo cruel que puede llegar a ser el fútbol, el gol llegó en la siguiente jugada a nuestra ocasión más clara (en realidad, no llegó a ser ocasión ya que Aranda se resbala). Justo después, Juan Rodríguez se marcó un golazo y finiquitó cualquier opción nuestra de puntuar. De ahí al final, impotencia. Aunque he de decir que el equipo mejoró cuando nos quedamos con 10 (expulsión clarísima de Nekounam). Tal vez, si hubiéramos jugado así desde el inicio...
En cuanto al Barça, también provocó en mí sensaciones contrapuestas. El partido comenzó mal para nuestros intereses. El equipo salió muy mal, muy nervioso, como acusando los tropiezos de este comienzo de año, perdiendo balones en el centro del campo que facilitaban los contragolpes del Tenerife. De esta forma, en la primera media hora el Tenerife mereció haber hecho uno o incluso dos goles (quién sabe cómo hubiese terminado el encuentro en caso de el Tenerife ponerse 2-0), aunque el Barça también tuvo una clarísima en las botas de Bojan. De todas formas, a la media hora el partido cambió radicalmente: una muy buena jugada de Bojan por banda izquierda la aprovecha Messi para poner el 0-1 en el marcador. Era el comienzo del fin para el Tenerife...
A partir de ese gol, el Barça fue el total dominador del encuentro y le enseñó al Tenerife por qué unos están arriba y los otros abajo: la pegada. De esta forma, al descanso, el marcador ya reflejaba un cómodo 0-3: primero Puyol aprovechando el saque de una falta por parte de Messi y luego Messi aprovechando un nuevo regalo de Bojan tras un jugadón de Iniesta.
Como suele ocurrir en estos casos, la segunda parte simplemente sobró: sólo sirvió para deleitarnos con un nuevo golazo de Messi (menuda vaselina se marcó) y para que Pedro volviera a aprovechar su oportunida para provocar el 0-5 final. Al final, marcador altamente excesivo que debe de llenar de moral al Barça para tratar de remontar la eliminatoria copera ante el Sevilla y que sirve para ahuyentar (en cierta medida) los fantasmas creados por la prensa vikinga.
Esto continua, y hoy tenemos la vuelta de los octavos de final: Osasuna debe remontar el 2-1 ante el Hércules en el Sadar, y el Barça debe remontar el mismo resultado pero ante el Sevilla y en el Pizjuán. Considero que hay que volcar esfuerzos en esta competición, que puede ser una de las más asequibles de los últimos tiempos. Si Osasuna lograra remontar, podría tener un camino medianamente asequible hasta la final (Rácing en cuartos y un segunda en semifinales). Claro está, para eso debemos demostrar hoy que somos mejores que un futuro equipo de primera, el Hércules. En cuanto al Barça, considero que, si vence hoy, es posible que revalide el título conquistado el año pasado. Soñemos un momento con una final Barça-Osasuna. Qué subidón...
Lo difícil es remontar hoy. Desde aquí les mando toda mi fuerza para tratar de ayudarles a lograrlo. Mucha suerte a los dos!!! El viernes espero escribir con alegría que mis dos equipos siguen adelante...
¡AUPA OSASUNA! y ¡VISCA EL BARÇA!

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