lunes, 18 de enero de 2010

Sábado redondo. Osasuna - Espanyol: 2-0 Barcelona - Sevilla: 4-0

Tras la jornada copera entre semana, Osasuna y Barça volvían a la rutina liguera el sábado: Osasuna jugaba a una hora poco habitual (las 18.00) y el Barça lo hacía a las 22.00. Ambos partidos eran importantísimo y, la verdad, terminaron siendo 6 horas de fútbol (el Madrid jugaba en medio, a las 20.00) en las que se cumplieron todos mis deseos: victorias de Osasuna y Barça (con buenas sensaciones, además) y derrota del Madrid.

Osasuna, ya digo, jugaba a las 18.00. Una hora no muy buena para los espectadores: seré tradicional, pero a mí me gustan los partidos típicos de los domingos a las 17.00. Además, no era una hora ni siquiera propicia para llevar bocadillo.
Sorprendentemente (y lo digo por lo que nos habían acostumbrado en las últimas jornadas), Osasuna salió muy enchufado al encuentro y gracias a esto, logramos llevarnos los 3 puntos ante un equipo, por cierto, que va a estar ahí abajo sufriendo hasta final de temporada (al menos, en base a lo que mostró en el Sadar). De esta forma, Osasuna se aprovechó de lo que en el campo denominamos "efecto gaseosa" y se aprovechó de 10 minutos muy intensos para finiquitar el encuentro. Antes del primer gol, ya había tenido Aranda una ocasión clarísima. El primero fue obra de Juanfran, aprovechándose de un córner muy mal defendido por el Espanyol. Poco después, una buena jugada de Osasuna, culminada por un centro prodigioso de Camuñas con la zurda, lo aprovechó Pandiani para, de cabeza, hacer el 2-0. El partido estaba resuelto. Lo peor, quedaban 80 minutos de verdadero aburrimiento. Aun duró 30 minutos esta intensidad y Osasuna continuó dominando el encuentro (otra ocasión de Aranda incluida). A partir de entonces, Osasuna bajó el ritmo y el Espanyol no pudo (o no supo) subirlo. Resultado: 60 minutos para la basura.
Eso sí, aún quisimos ponerle algo de picante al partido con la autoexpulsión absurda de Rúper (no puedes hacer 3 faltas merecedoras de tarjeta en menos de media hora) justo antes del descanso. Lo que ocurre es que el Espanyol no da para mucho más y, aun en superioridad, nunca dio sensación de peligro. Si a esto le unes que, muy pronto en la segunda parte, ellos también se quedaron con 10 (regalo del árbitro, por cierto), pues ocurre lo que ocurrió: nada de nada hasta el final.
Lo mejor, está claro, es que volvimos a ganar y además recuperamos ese pundonor (aunque fuera sólo en los primeros minutos) que parecía que habíamos perdido. Ahora, si lográramos ganar en Jerez, habremos dado un gran paso hacia la salvación. Pero eso aun queda un tanto lejos, todavía tenemos el compromiso copero de por medio.
Justo después del partido de Osasuna, jugaba el Madrid en Bilbao ante el Athletic. El Athletic se valió del "efecto gaseosa" (unido a una gran defensa y a una gran dosis de suerte) para vencer al Madrid, también. Este resultado permitía al Barça escaparse a 5 puntos del Madrid y proclamarse, oficialmente, campeón de invierno...
Y el Barça no desaprovechó la oportunidad. Volvió a jugar como lo hizo en Sevilla en la vuelta de los octavos de copa del rey y volvió a pasar por encima del rival. Un rival que, por cierto, venía con un equipo de circunstancias y, tal vez, con la idea de que era imposible meterle mano a este Barça. Aun así, estuvieron a punto de meternos el miedo en el cuerpo: parecía que, otra vez, Palop se eregiría como héroe y sería capaz de frenar todas nuestras acometidas. Así fue, de hecho, en toda la primera mitad.
Sin embargo, un gol afortunado de Escudé en propia puerta cambió el panorama de manera radical. El Barça logró la tranquilidad que no había perdido, pero que, tal vez, podría haber llegado a perder de no ser por ese gol. Así, continuó atacando con insistencia y los goles acabaron llegando. El segundo vino de un pase excepcional de Xavi entre líneas que Pedro, que había salido por Henry, aprovechó a las mil maravillas para tranquilizar a todo el mundo. Ya con 2-0, el Sevilla bajó definitivamente los brazos y Messi aprovechó para batir un nuevo récord en su larga ya (y, a la vez, corta. No olvidemos que tiene sólo 22 años) carrera: llegó a los 100 goles (101 con el segundo, de hecho) con el Barça.
Otra vez volví a disfrutar con el Barça y otra vez volvimos a pasar por encima de nuestro rival (como hacíamos el año pasado). Nuevo partidazo de los 3 bajitos: Iniesta, Xavi y Messi. Da gusto verles asociarse!!! Me encantó, y esto si que no es habitual, el partido de Abidal: estuvo perfecto toda la noche al corte e incluso le dio la asistencia de gol a Messi en el último. Ahora, tocan dos partidos consecutivos fuera en los campos en los que se pierden las ligas (Valladolid y Gijón). Si logramos ganar los dos, será un gran paso hacia adelante (no será fácil, desde luego)...
Ahora, toca pensar en la copa del rey y, especialmente, en el compromiso de Osasuna en Santander. Ya pensaremos más tarde en Jerez y Valladolid. Mucha suerte a los rojillos...
¡AUPA OSASUNA! y ¡VISCA EL BARÇA!

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