lunes, 9 de marzo de 2009

Una final perdida... Osasuna - Sporting: 1-2

Llevábamos ya varias finales consecutivas ganadas en liga y eso se acaba pagando. No siempre se va a ganar...

Llegó el Sporting (un Sporting que sigo creyendo que es firme candidato al descenso) y en dos zarpazos-golazos se llevó los 3 puntos del Sadar...

La primera cosa que debo decir es que jugamos, y sobretodo ayer, muy poco al fútbol. Vamos, que somos bastante malillos...

El equipo era prácticamente el mismo que llevaba 6 jornadas consecutivas sin perder. El único cambio era en el lateral derecho, Javier Flaño por Azpilicueta (pero qué cambio, hay una diferencia abismal entre estos 2 jugadores). Sin embargo, por juego no merecimos mejor suerte que la que obtuvimos..

El partido no comenzó mal por parte de Osasuna: un par de acercamientos peligrosos, un par de córners y una ocasión clarísima de Masoud. Pero ahí acabó Osasuna, enseguida se demostró que la banda izquierda del Sporting (es decir, la banda que defendía Javier Flaño) iba a ser un coladero para los Diego Castro, Barral, Carmelo...

En el primer acercamiento serio, volea de Barral y gol (tal vez, Roberto podía haber hecho algo más). En el segundo acercamiento, dejamos maniobrar a Diego Castro y éste se saca un derechazo que se cuela por la escuadra contraria. Golazo y poco (o nada) que reprochar a Roberto. Total, minuto 20 de partido y 0-2. Todos con cara de tontos, todos menos los numerosos aficionados del Sporting.

A partir de entonces, Osasuna intentó remontar el partido con más fe que juego. Fruto de esa fe, Puñal lanza una falta directa tan mal como acostumbra y el balón pega en la mano de Barral, quien estaba protegiendo su cara. El árbitro pita penalti pero no amonesta siquiera al infractor. Recordemos que esta misma temporada, nos expulsaron a Plasil en el Sadar (en un partido ante el Racing) por una actuación similar. No soy de los que se quejan de los árbitros. Es más, considero que soy bastante imparcial en ese sentido. Pero lo cierto es que ahí se equivocó, igual que se equivocó, probablemente, al anular el gol de Barral en la 2ª parte... Esta vez tiró el penalti Nekounam (ya era hora) y lo transformó. 1-2 y 60 minutos por delante.

En la 2ª parte (el resto de la primera parte fue un quiero y no puedo), Osasuna, directamente, se suicidó. En primer lugar, se suicidó Camacho con los cambios: poner a Juanfran de lateral derecho primero y, luego, poner a Nekounam de central no parecen soluciones muy fiables. Pero el peor cambio fue, sin duda, sacar a Dady. Este jugador es insoportable, no hace nada: no corre, no presiona, no remata, no toca una de cabeza...SÓLO DESESPERA. También se suicidó el equipo, intentamos jugar a no sé qué... Así, normal que no tiráramos a puerta en toda la 2ª mitad.

En toda la segunda parte, estuvieron ellos más cerca de hacer el tercero que nosostros del empate...

Esta vez mi novia no fue talismán (este año había ido tres veces y habíamos ganado las tres), habrá que echarle la culpa a las no-coca-cola's...

Es una final perdida y escuece muchísimo pero no podemos bajar los brazos, al fin y al cabo, estamos a 3 puntos de la salvación...

Eso sí, no podemos permitirnos más semanas sin ganar fuera de casa. Es una losa demasiado grande y nos atenaza para los partidos de casa...

El domingo que viene, otra final en Sevilla, contra el Betis. No tengo muchas esperanzas depositadas en este partido, pero ya se verá... Lo malo es que de perder nos quedaremos bastante rezagados...

Ya veremos qué ocurre...

¡AUPA OSASUNA!

No hay comentarios:

Publicar un comentario