miércoles, 16 de marzo de 2011

La historia se repite, pero esta vez fue peor. Arsenal - Barcelona: 2-1

Llegaba el Barça a Londres como hace un año en estas mismas fechas: con la vitola de favorito y con la intención de volver a demostrarle a la gente que comenta que el Arsenal es lo más parecido al Barça es algo que no se ajusta a la realidad. Este Barça es único y ningún equipo puede asemejarse a él. El destino había querido que otra vez nos volviéramos a cruzar en octavos con Cesc y compañía. Eso sí, este año el Arsenal parecía llegar algo mejor (no tantas bajas y el equipo luchando por el título de liga). Nosotros, llegábamos en un nivel muy similar al del año pasado, aunque el tropiezo del pasado fin de semana en Gijón podía hacernos dudar un poco.

El partido se puede catalogar como un calco del del año pasado: dominio absoluto del Barça durante tres cuartas partes del encuentro y unos últimos minutos de locura que el equipo londinense aprovecha para dar la vuelta al encuentro. El Barça volvió a demostrarle a Wenger y su Arsenal que está lejos del nivel de excelencia con el balón que posee el equipo catalán, aunque de nuevo dejó marcharse vivo a su rival. De hecho, el resultado final fue una derrota (2-1) que pone en serio peligro nuestras opciones de pasar a cuartos. Eso sí, ese gol fuera de casa puede tener su peso en oro...

Lo cierto es que el Barça no comenzó con la contundencia con la que lo hizo el año pasado (recordemos, 3 ocasiones claras en los 5 primeros minutos) y fue el Arsenal el que puso peligro a la contra. Peligro bien resuelto por Valdés. Pero pasados esos primeros minutos en los que el Barça pareció no poder controlar los rápidos contragolpes del Arsenal, enseguida pasó a dominar por completo el partido y el equipo londinense prácticamente desapareció del mapa. Así, al cuarto de hora Messi tuvo una de esas ocasiones que nunca falla (mano a mano con el portero), pero se le marchó fuera por milímetros. Poco después volvió a tener otra el argentino y aunque el Arsenal también se estiraba en alguna contra (Abidal tuvo que sacar un balón de gol de la misma cabeza de Van Persie), daba la sensación de que el Barça ya dominaba el partido y el 0-1 podía llegar en cualquier momento. Así fue: poco después un pase genial de Messi lo aprovechó Villa para poner por delante en el marcador al Barça a los 25 minutos. Pedro tuvo el segundo minutos después, pero no acertó y aunque el Arsenal también lo intentó, al descanso se llegó con ese 0-1. Resultado justo.

En la segunda mitad el Arsenal trató de estirarse y presionar algo más al Barça, pero daba la sensación el equipo blaugrana de estar muy cómodo y seguía haciendo su fútbol de toque de salón. Messi continuó con su particular noche negra de cara a portería fallando una nueva ocasión clarísima. Así estaba el partido (medio anestesiado por el Barça) hasta que un par de cambios a 15 minutos del final cambiaron el ritmo del partido: Guardiola quitó a Villa para meter a Keyta y Wenger quitó a un revolucionado Song para dar entrada a Arshavin. Clara declaración de intenciones de ambos entrenadores y en este caso fue el alsaciano el que ganó la partida. Tras esos cambios llegaron unos 15 minutos finales de auténtica locura. Todo comenzó con un sorprendente chut de Van Persie que sorprendió a Valdés para poner el empate. Cantada del portero del Barça y el Arsenal que se volvía a ver metido en el partido y en la eliminatoria. 5 minutos después un muy buen contragolpe londinense fue culminado por Arshavin para terminar de darle la vuelta al partido para sorpresa de todos. De hecho, Valdés tuvo que salvar al Barça del tercero poco después. En los ultimísimos minutos el Barça volvió a dominar y a aprisionar al Arsenal (Alves tuvo una muy buena ocasión de hacer el empate) pero ya era tarde. Al final, 2-1 y tocará remontar en el Camp Nou.

Probablemente lo más justo hubiera sido un empate a 2 como la temporada pasada, pero volvimos a caer de nuevo en la misma piedra, sólo que esta vez la piedra era más grande. Segundo resultado negativo consecutivo que hace que los cuartos de final no se vean tan accesibles como con el 0-1. De todas formas, ese gol de Villa bien puede valer su peso en oro.

El lado positivo es que el equipo volvió a dominar a un equipazo como el Arsenal y sólo el hecho de no haber aprovechado nuestras ocasiones ha hecho que no nos volvamos a Barcelona con la eliminatoria encarrilada. El lado negativo: esa sensación de descontrol que ya se tuvo el año pasado en este mismo estadio y que volvió a aparecer en los 15 minutos finales del encuentro. Tocará remontar con la ayuda del Camp Nou, pero hasta entonces aún se deben jugar varias jornadas muy importantes en el campeonato liguero. La más inmediata: el próximo fin de semana en casa ante el Athletic. No podemos volver a fallar y seguro que el equipo bilbaíno no será un rival sencillo...

¡AUPA OSASUNA! y ¡VISCA EL BARÇA!

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