lunes, 15 de noviembre de 2010

Partido complicado, resultado digno. Copenhage - Barcelona: 1-1

Viajaba el Barça a Dinamarca con la clara intención de ganar el encuentro. Por un lado, ganar garantizaba la clasificación y prácticamente el primer puesto y, por otro, y de rebote, permitiría afrontar la semana del partido ante el Madrid con mayor tranquilidad. Eso sí, también hay que tener en cuenta que una derrota sí que era perniciosa ya que hubiese hecho que no dependiéramos de nosotros mismos para terminar primeros de grupo (y ya sabemos lo importante que es ese detalle para el cruce de octavos).

Desde el principio se vio que el partido no iba a ser para nada sencillo. El Copenhage, ese equipo que en la ida en el Camp Nou había dado ya muestras de un buen orden defensivo (aunque también de candidez arriba), volvió a plantear un buen partido al Barça, pero esta vez, espoleados por su afción, presionaban más arriba y se atrevían a atacar con mayor. Así, en los primeros minutos de juego, ya habían lanzado una vez al larguero tras una recuperación muy arriba. En los primeros minutos el Barça no encontraba su juego y el Copenhage lo aprovechó para hacerse con el dominio del encuentro (un partido sin dominio de balón, claro). De hecho, Valdés debió ser expulsado tras una entrada criminal (sin querer, eso sí) al delantero rival.

Pero poco a poco el equipo danés fue bajando el ritmo y el Barça lo aprovechó para tomar la manija del encuentro (aunque nunca llegó a tener un control abrumador como el que nos tienen acostumbrados). Así comenzaron a llegar las ocasiones (especialmente, en los pies de Villa), incluido un tiro al palo. Tanto llegó el cántaro a la fuente que al final terminó por romperse y tuvo que ser Messi (quién si no) el que aprovechara un pequeño barullo en el área para meter un nuevo gol (con su pierna derecha, por cierto). No me canso de decirlo: siempre Messi.

El problema es que nada más lograr lo más difícil, nos hicieron el empate tras un fallo clamoroso de Valdés y el partido se volvió a descontrolar, a quien se le escurrió el balón de las manos. Estoy seguro de que de haber mantenido el 0-1 unos minutos, el Barça hubiese pasado a dominar por completo el encuentro y el resultado hubiese sido muy distinto. Pero no fue así y el partido vivió en un nivel de locura hasta el final. El Barça nunca dio la sensación de tener el encuentro dominado. Las ocasiones llegaban en ambas porterías y el gol podía llegar en cualquier momento (recordemos lo diferente que era la situación de ganar a perder), pero como suele ocurrir en estos casos, el resultado no se movió. Aún así, fue siempre el Barça el que gozó de mejores ocasiones y ya antes del descanso estuvo a punto de adelantarse en el marcador (nuevo palo de Messi incluido).

Tras el descanso la situación fue la misma, aunque sí es cierto que con el paso de los minutos, al Copenhage cada vez parecía costarle más acercarse a la meta de Valdés. De todas formas, ocasiones volvió a haber en ambos lados y el partido estaba demasiado abierto. La ocasión más clara llegó en el último minuto del encuentro con un tirazo de Pedro (a quien no le está acompañando la suerte de cara al gol en este inicio de temporada) que golpeó en la cruceta. El tiro fue muy parecido al gol que hizo el año pasado al Almería en el Camp Nou o a los goles que solía hacer Henry desde la esquina del área. El balón no entró y el resultado no se movió dejando el 1-1 final.

Tras el partido hubo un pequeño altercado entre ambos entrenadores en el que tuvo que acabar mediando (o incordiando, nunca sabremos) Busquets. La imagen del post corresponde a ese momento. Todo parecía provenir del famoso silbido de Pinto en el Camp Nou y unas declaraciones posteriores que realizó el entrenador del Copenhage y que no debieron gustar a Guardiola. De todas formas, el altercado no pasó a mayores.

El empate deja al Barça como primero de grupo pero sin tener siquiera garantizada la clasificación para octavos aún. La tiene encarrilada, pero no garantizada. Además, hace que no nos podamos despistar mucho para retener el primer puesto ya que el equipo danés sigue al acecho. No se puede hablar de buen resultado, pero tampoco de malo. Habrá que ganar en Grecia al Panathinaikos (la semana antes del partido ante el Madrid) para asegurar el primer puesto. Pero antes, quedan por delante varios compromisoso ligueros y de copa...

¡AUPA OSASUNA! y ¡VISCA EL BARÇA!

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