Por fin jugamos el partido correspondiente a la primera jornada de liga: en casa ante el Valencia. Se trataba del segundo partido consecutivo en casa en este comienzo de año de un total de 3 que vamos a tener. El primero (ante el Racing) se saldó con derrota, el segundo (este ante el Valencia) se ha saldado con empate, así que esperemos que el próximo ante el Atlético siga la progresión y se salde con victoria. Teníamos una oportunidad muy importante de asentarnos en las posiciones nobles de la tabla y, por ahora, parece que empezamos a desinflarnos. Y eso que probablemente ante el Valencia merecimos más del empate que obtuvimos, pero ya sabemos que esto no se trata de merecimientos si no de resultados (y lo cierto es que estuvimos muy cerca de acabar perdiendo).El partido fue bastante flojo y con bastantes pocas ocasiones de gol, pero en líneas generales Osasuna fue el que llevó el mayor peso del partido y mereció ponerse por delante. La primera llegada del encuentro fue un disparo de Raúl García repelido con el codo por Dealbert. Esa fue otra de las claves del partido: reclamamos hasta dos posibles penaltis, pero como ya viene ocurriendo durante toda la temporada, los árbitros no nos echaron una mano. La segunda jugada fue menos clara que esta primera: Diego Alves se lía y Lekic a punto está de aprovecharlo. Reclamamos penalti del portero al delantero, pero muy probablemente fue más falta del delantero al portero que al revés. El árbitro no pitó ni una cosa ni otra. Sin ocasiones de verdad se llegó al final de los primeros 45 minutos. Osasuna dominaba pero no generaba ocasiones y el Valencia tampoco se acercaba con demasiado peligro a la portería de Andrés (sólo un acercamiento de Soldado).
La segunda ocasión sí que tuvo más ritmo y ocasiones de gol (sobre todo por parte de Osasuna). El equipo rojillo salió más enchufado de los vestuarios y en los primeros minutos de la reanudación tuvo un par de ocasiones de gol clarísimas, ambas detenidas por sendos paradones de Diego Alves. La primera, en un cabezazo de Raúl García a la salida de un córner y la segunda en un libre directo de Nekounam. Tras estos primeros minutos efervescentes de Osasuna, el partido se volvió a meter en un periodo de centrocampismo y de pocas ocasiones (aunque siempre con Osasuna mostrando más intenciones). Mendilibar trató de volver a meter más ritmo a su equipo con los cambios, pero tampoco lo logró. Así estaba el partido cuando Soldado cazó un mal disparo de su compañero Tino Costa y con un leve toque de cabeza hizo el 0-1. Golazo de auténtico “killer” del “Gudari” que, por respeto a su ex afición, no lo celebró. Demasiado premio para el equipo ché. Además, el gol llegaba en el minuto 85, por lo que la capacidad de reacción que nos quedaba era muy limitada. Aún así, logramos sacar fuerzas de flaqueza. Entrados ya en minutos de descuento, llegó la jugada que precedió al gol del empate: brutal entrada de Albelda a Timor que acabó con el jugador valenciano expulsado de manera más que justa. En el saque de esa misma falta llegó el gol del empate final: el propio Timor sacó la falta, cabeceó Lekic, nueva parada de Diego Alves y el balón queda suelto para que Lolo lo remachara a la red. Por lo menos, del mal el menos.
Al final, empate a uno que, por lo menos, hizo algo de justicia a lo visto sobre el terreno de juego. En cualquier caso, yo sigo pensando que lo justo realmente hubiese sido una victoria rojilla. De este modo, se da por finalizada la primera vuelta del campeonato y, haciendo balance general, le doy un notable al equipo: la tabla de clasificación marca un sobresaliente (27 puntos y sextos clasificados), pero a nivel de juego sólo les puedo dar un bien, por lo que la media sería notable. Eso sí, desde ya firmo una segunda vuelta como esta. Hablando claro: nos quedan 15 puntos para sellar nuestro objetivo principal, la salvación. Ahora ya toca pensar en nuestro próximo rival: el Atlético de Madrid (renovado y mejorado desde la llegada al banquillo de Simeone), nuevamente en casa (tercer partido consecutivo).
¡AUPA OSASUNA!
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